Y un día me
desperté y estabas a mi lado.
Un desconocido… no te reconocía…
Pero tampoco me reconocías…
Peor aún, no nos reconocíamos a nosotros mismos.
La costumbre,
traspasar limites,
cambiarnos en nombre el bien para alguien, para un algo…
Los dos sobre la misma cama, pero a kilómetros de distancia…
Sin ningún tipo de comunicación.
La
intolerancia en su primavera numero…. Y van tantas.
Trato de alcanzarte, te alejas… Me quedo a esperarte pero solo no caminas.
Ojos de huracanes tanto, la calma antes del temporal que nos engaña.
Un te amo
que quiere que le crean y la razón que solo cree en lo que ve.
Dejavu por doquier, el ABC de una novela vista mil veces que ya aburre de tan
predecible.
Irme por mi bienestar, dejarte ir por el tuyo.
Abrazar la almohada queriendo encontrar contención, sonar con esos momentos de
tanta felicidad…
Felicidad que nos hacia invencibles, en donde no había imposibles…
y volver a despertar como dos desconocidos.
“El
horizonte es un balcón” definía la fuerza que tenia a tu lado (alguna vez la
tuve)
Hoy no quiero salir, todo a mi lado es un precipio, ya no puedo dar un paso
sobre seguro.
Ya no sale el Sol, bruma y oscuridad es todo lo que percibo…
Grito!!!
Para que me escuches y me rescates , pero yo rodeada de precipios…
Siempre te ilumine el camino seguro indicante paso a paso por donde pisar
y si te hacías el más mínimo rasguño ahí estaba para acobijarte.
Quiero que
me rescates , quiero que llegues a mí , corriendo riesgos , cuando llegues a mí
estaremos a salvo.
Ayúdame a levantarme , tengo las piernas cansadas y debilitadas ,
Solo necesito poder apoyarme y que escuches mis penas…
Mientras de tu corazón sacas palabras de aliento.
Por favor
necesito que te arriesgues, se quizás es culpa mía
Pero hoy necesito que vos encuentres esa luz y camino hacia mí.
Hoy soy yo quien de verdad ya no se puede levantar
Lo que más
miedo me da que si pasa más tiempo …
Ya no quiera levantarme..
