Te buscaba, te esperaba, te deseaba.
Te soñaba, te imaginaba y finalmente renunciaba.
De pequeña cuando jugaba a ser mamá no tenía idea de cuán grande es esa
palabra, de cuan inmensa te sentís cuando sos mamá por primera vez.
Sentimiento indescriptible de felicidad, amor, miedo y nervios.
Realmente soy una persona bendecida por haber podido vivir esa experiencia al
menos una vez.
Como siempre dicen uno valora las cosas recién cuando las pierde.
El momento más doloroso de mi vida cuando un médico de guardia me decía que
estaba perdiendo un embarazo.
Quebré en llanto en un grito desgarrador, me resentí a la vida, no toleraba ver
un bebe, una embarazada.
Ahí empecé un largo camino de estudios solo para diagnosticar, la mayoría de
ellos algo invasivos… Finalmente encontraron algo, que atando cabos siempre había
estado.
SOP tenía muy buen pronóstico, comencé a tomar medicación solo para regular mi
cuerpo, ningún tratamiento hormonal ni mucho menos, sume rutinas raras, termómetros,
colgar las piernas, controlar días, programar vacaciones.
La frustración, angustia y lágrimas una vez cada cuarenta días aproximados.
Hasta que finalmente un medico se avivo que son dos las partes que deben
funcionar y se necesitan para lograr esto.
El problema no era mío, yo ya había padecido la culpa de la pérdida, a tal
punto que entre lágrimas le pedía disculpas en aquel doloroso e inolvidable
momento.
Ahora volvían muchos fantasmas, infidelidades, cuidados, abandonos, compromisos.
Me encontraba recorriendo un pasillo infinitamente largo y ese sentimiento horrible
de soledad, esa necesidad de que esa persona te diga estoy acá para sostenerte
si te caes, cuando quería colgar todo que alguien me aliente a no hacerlo.
Mientras ambos seguíamos con estudios y remedios, ahora se sumaban antibióticos,
trámites para conseguir autorizaciones, llamados y mails miles.
Un último estudio… Ese que me iba a obligar a renunciar o renovaría mis esperanzas….
El resultado, la reacción, la acción y la decisión…
Era quizás peor que el primero, angustia, odio, impotencia, reprimir la
angustia , llorar para adentro, colocar todos los puntos en una balanza renunciar
Sentir un desgarro un desgarro por dentro , saber que no debería ser unilateral
la decisión y que es así porque estoy sola, no porque no me puse de acuerdo.
Me vuelvo a resentí, vuelvo a abandonar la fe y la esperanza.
Trato de encontrar cosas a favor sobre esto y quizás las hay, pero me hubiese
gustado no estar sola, ni ser invisible e insignificante a sus ojos.
No es imposible lograrlo, pero requiere de mucho esfuerzo y sacrificio de la
otra parte.
La verdad ya no tengo fuerza, mientras recorría todo esto he necesitado
descansar más de una vez y no se me permitió, necesite disfrutar, llorar, pero
nadie me observaba, más que para opinar.
Total no es ni su vida, ni su cuerpo, ni su dolor ni su proyecto.
Finalmente Renuncie!
L
No hay comentarios:
Publicar un comentario